miércoles, 13 de abril de 2011

LA PSICOLOGÍA EN LOS DEPORTES COLECTIVOS

Cada vez se habla con una mayor frecuencia del papel decisivo de los factores psicológicos en el resultado deportivo. Esto no es un atributo de moda; cuanto más alto sea el nivel de la preparación de los deportistas, tanto más se acercan en sus cualidades físicas e índices técnicos fundamentales, a un modelo determinado y la individualidad la determina principalmente las particularidades psicológicas. De ahí la necesidad de una preparación psicológica especial y estrictamente individualizada.

Esto puede favorecer o no las acciones individuales, la comunicación y las relaciones entre los integrantes dentro y fuera del grupo, lo que pueden repercutir de manera positiva o negativa en el funcionamiento grupal.

La existencia de un clima socio-psicológico emocional positivo se expresa en la activación de los atletas en relación con las tareas y objetivos del equipo, en las relaciones de cooperación interpersonal y en el esfuerzo por cumplir las metas grupales, en la satisfacción por la actividad.

Por su parte un clima socio-psicológico emocional negativo en la actividad de un equipo deportivo ejerce una fuerza opositora al establecimiento de relaciones cooperativas entre sus miembros. Este actúa como mecanismo de freno a la movilización de los miembros del equipo para el desarrollo de la actividad conjunta y, al mismo tiempo crea un sentimiento de rechazo de los integrantes del colectivo hacia éste, lo que redunda en el sentido de pertenencia que se debe tener como condición básica para la estabilidad funcional de todo grupo.

Las relaciones interpersonales que se establecen entre los componentes de un equipo, tanto formales como informales, influyen decisivamente en el accionar de todos los integrantes. La actividad del deportista puede definirse como una relación humana permanente.

Las destrezas psicológico-deportivas

Las destrezas psicológico-deportivas: De acuerdo con las exigencias psicológicas y específicas de cada deporte así como de una evaluación inicial del entrenamiento se orientan fundamentalmente al desarrollo y fortalecimiento del control sobre los siguientes procesos psicológicos:

· Activación: Que actúa como reguladora del nivel de ansiedad y que generalmente se manifiesta en el periodo precompetitivo o la que está presente en el desarrollo de la competencia, y que generalmente provoca que se cometan errores durante el partido.

· Motivación: La motivación es un aspecto muy complejo del comportamiento de los atletas, se pone de manifiesto al sentir curiosidad, angustia, activación, movilización, inquietud ante algo que le interese, y que hace concentrar la atención y que dadas las circunstancias lo conduce realizar una actividad de la manera que pueda satisfacer esa necesidad generada por ese algo, a veces perceptible y otras veces no, lo que hace a su vez que el atleta se oriente hacia ese algo percibido y desencadene una serie de acciones y operaciones, con el fin de satisfacer su inquietud, movilizada por el objetivo que lo motivó.

· Procesos cognitivos: Como paso primario para remplazar las influencias del medio externo por las que pueden mediar individualmente en su autocontrol, modificando sus estilos de interpretación de los hechos en beneficio de sus propias posibilidades de aprendizaje, desarrollo y superación.

· Concentración: En los deportes colectivos los atletas están sometidos a una permanente adaptación de las condiciones psicológicas y deportivas, y en ocasiones de forma muy rápida, que den solución de forma individual o colectiva a los problemas del equipo.

· Control emocional: Resulta imprescindible en el deporte moderno el equilibrio positivo entre el cuerpo y la mente, como una constante para cual se debe preparar al atleta, desde el primer día de entrenamiento.

· Destrezas psicosociales: Indispensables dentro de los deportes colectivos, ya que generalmente cuando los atletas no están bien preparados en este aspecto aparecen determinados conflictos con el público, la familia, por solo citar a dos que afectan directamente la cohesión, la comunicación y el manejo de conflictos dentro del equipo deportivo.

Ninguna de estas habilidades se desarrolla de manera espontánea ni se presentan como reflejo de un acto de subordinación de los atletas a las disposiciones impartidas por el colectivo técnico. Son habilidades que toca enseñar, desarrollar, perfeccionar y poner a prueba mediante un trabajo de entrenamiento.

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